A pesar de cambiar la hora esta noche, nadie a faltado a la cita, ni el conductor del autobús, ni nosotros, así que a pesar del madrugón todos estábamos a la hora.
En esta ocasión nos juntamos quince (siete chicas y 8 chicos) para pasar el día y como siempre tras salir de Sant Joan y pasar por San Vicente llegamos al destino sobre las nueve de la mañana, eso si con un poco de incertidumbre, ya que el conductor programo su GPS y nos llevo por una carretera secundaria bastante estrecha y con el paso de algún caserío muy complicado.
Tal y como pronostico el hombre del tiempo, a pesar de las fechas en que estamos iba a hacer un día caluroso y así fue creo que rondamos los treinta grados.
Llegamos a Beniarres y seguimos por la cv-705 hasta llegar al pie del Benicadell. Paramos en medio de la carretera y a los pocos metros llegamos al pie del Benicadell que por esta cara (sur-este) tiene su vertiente más empinada.
Empezamos a una altitud de 557 metros y en poco mas de 3 kilómetros llegamos a los 1.165 metros, lo que dice mucho del esfuerzo que tuvimos que realizar en esta primera parte de la marcha.
Almorzamos poco antes de llegar a la cumbre en una pequeña vaguada. Nuestra sorpresa fue que desde allí vimos a un grupo numeroso de gente que bajaba de la cumbre entre los que se encontraban Sebas y Manolo.
Después de hacer cumbre y contemplar las extraordinarias vistas que ofrece esta cima, ya que se contempla desde el pantano de Beniarres por la parte sur, hasta toda la llanura que termina con el embalse de Bellus en la vertiente norte, empezamos a descender por esta parte norte.
En la bajada nos encontramos en sentido contrario (subiendo) a un grupo de boys-scouts, de no mas de 12/13 años, cargados con sus mochilas y colchonetas que en alguno de ellos eran mas grandes que ellos. Era todo un espectáculo ver las caras de los chavales se les veía el sufrimiento de la subida con el peso a sus espaldas, pero estoy seguro que por dentro estaban disfrutando de lo que estaban haciendo.
Eran las tres y media de la tarde cuando llegamos a Beniarres, y en el primer bar del pueblo que encontramos, lo abordamos literalmente. Llevábamos todo el día pensando en ese momento de encontrarnos en la mano con una cerveza fria.
La primera (que es la que mejor sabe) nos la tomamos sin quitarnos la mochila y ya más tranquilos vinieron otras más. Nos sentamos todos en un pequeño reservado y pedimos unas tapas y más cerveza, con lo que ese día comimos de tapeo.
Y nada más sobre las cinco de la tarde llego el autobús que nos devolvió a casa.
Gracias a los organizadores Maria Angeles, Maria Antonia, Toni, que a pesar de empezar con una fuerte subida al final el día resulto genial.
Hasta la próxima, no faltéis.